POR: FRANCISCO JAVIER PÉREZ RAMÍREZ.
Guatemala es un país donde los rezagos en materia de inversión social por parte del Estado han sido la nota dominante durante años; décadas quizás. Como resultado, año tras año se fueron incrementando los efectos de esa deficiencia de atención, especialmente hacia los más necesitados, hecho que también se reflejó y ha sido destacado periódicamente en los vergonzosos indicadores de Pobreza que nos afectan, y que nos retratan como una nación con un bajo Índice de Desarrollo Humano. En nuestro país la riqueza esta distribuida en un pequeño grupo de millonarios el siete por ciento (7%) en tanto que el 93 por ciento (93%) vivimos en pobreza y extrema pobreza.
Precisamente porque esta situación ha configurado un ambiente social donde cada vez es más difícil el acceso a los servicios básicos y las generaciones de guatemaltecos siguen creciendo sin mayores expectativas para alcanzar un desarrollo integral como personas. Herencia legada por los anteriores gobiernos quienes aplicaron una política excluyente y racista que dejaban fuera del desarrollo a grandes poblaciones específicamente a las indígenas y a los pobres, quienes somos la mayoría en este país.
En vista de lo anterior el gobierno del señor Presidente constitucional de la República Ingeniero Álvaro Colom caballeros, emprendió una intensa cruzada para empezar a revertir esos indicadores de miseria, y para brindarle a los guatemaltecos. La posibilidad de prepararse para enfrentar al futuro en mejores condiciones que sus antecesores. Actualmente, a pesar de las duras criticas de sus detractores y casi al cierre de la primera década del Siglo XXI, por fin existe un Gobierno que se preocupa por darle una mejor vida a quienes hasta ahora han sido relegados de los beneficios del desarrollo.
En virtud de ello surgieron los programas presidenciales bajo el concepto de Cohesión Social. Habiendo tomado posesión el Gobierno a las puertas de una recesión económica y una crisis económica internacional, así como de la historia reciente de del país, era imprescindible tenderles una mano a miles de personas que, sin el apoyo del Estado, hoy estarían sufriendo un panorama de miseria verdaderamente dramático. De ahí que el Programa Bolsa Solidaria ha venido a erigirse en una opción de sobrevivencia y mitigación de la crisis, para quienes residen en asentamientos humanos en las áreas periféricas de la capital, y el área rural.
Para la juventud que residen en áreas de alta conflictividad social fue diseñado el programa Escuelas Abiertas, consistente en poner a su disposición los edificios escolares durante los fines de semana, de modo que en ellos puedan desarrollar aptitudes y actitudes para alcanzar una formación integral, que les sirva como herramienta para desarrollar sus potencialidades, prepararse mejor para el futuro y alejarse de los focos de conflicto que generan violencia.
Y para quienes trabajan pero tienen pocos recursos económicos fueron creados los Comedores Solidarios, un espacio donde confluyen guatemaltecos y guatemaltecas de diversos segmentos sociales para obtener un desayuno o un almuerzo (en muchos casos la única posibilidad de obtener alimento en un día) a bajo precio y en condiciones de higiene, calidad y con un servicio digno.
El esfuerzo ha sido intenso, los costos elevados pero los resultados están a la vista. Por ello, el Consejo de Cohesión Social y la Secretaría de Bienestar Social como ente ejecutor de estos programas, presentaron rendición de cuentas 2008 - 2009, como una prueba más de que la transparencia va aparejada a los buenos resultados, que permitirán tener un país con mejores ciudadanos y ciudadanas.
A pesar de lo acertado de estas políticas las criticas los detractores del actual gobierno no se han hecho esperar, han lanzado una serie de acusaciones y han tratado una y otra vez de eliminar los programas del Consejo de Cohesión Social; y es que muchas veces las diferencias son circunstanciales dada la heterogeneidad de ideas, las inercias del ayer aún viven y se resisten a un cambio verdadero, no entienden que aún que por el bien de todos, primero en Guatemala son y deben de ser los indigenas y los pobres.
Espero que no se sorprendan si no ven cifras de cantidades del presupuesto que ha erogado el Consejo de Cohesión Social, pero en la actualidad esta sociedad ya no mide a sus gobiernos por la cantidad de obras ó por la majestuosidad de una obra, hoy la decisión esta en la capacidad del gobierno para construir confianza y la confianza se logra cuando se cumple con la palabra comprometida con el pueblo. Y el actual gobierno y el Consejo de Cohesión Social, lo ha demostrado con hechos, no palabras.
Precisamente porque esta situación ha configurado un ambiente social donde cada vez es más difícil el acceso a los servicios básicos y las generaciones de guatemaltecos siguen creciendo sin mayores expectativas para alcanzar un desarrollo integral como personas. Herencia legada por los anteriores gobiernos quienes aplicaron una política excluyente y racista que dejaban fuera del desarrollo a grandes poblaciones específicamente a las indígenas y a los pobres, quienes somos la mayoría en este país.
En vista de lo anterior el gobierno del señor Presidente constitucional de la República Ingeniero Álvaro Colom caballeros, emprendió una intensa cruzada para empezar a revertir esos indicadores de miseria, y para brindarle a los guatemaltecos. La posibilidad de prepararse para enfrentar al futuro en mejores condiciones que sus antecesores. Actualmente, a pesar de las duras criticas de sus detractores y casi al cierre de la primera década del Siglo XXI, por fin existe un Gobierno que se preocupa por darle una mejor vida a quienes hasta ahora han sido relegados de los beneficios del desarrollo.
En virtud de ello surgieron los programas presidenciales bajo el concepto de Cohesión Social. Habiendo tomado posesión el Gobierno a las puertas de una recesión económica y una crisis económica internacional, así como de la historia reciente de del país, era imprescindible tenderles una mano a miles de personas que, sin el apoyo del Estado, hoy estarían sufriendo un panorama de miseria verdaderamente dramático. De ahí que el Programa Bolsa Solidaria ha venido a erigirse en una opción de sobrevivencia y mitigación de la crisis, para quienes residen en asentamientos humanos en las áreas periféricas de la capital, y el área rural.
Para la juventud que residen en áreas de alta conflictividad social fue diseñado el programa Escuelas Abiertas, consistente en poner a su disposición los edificios escolares durante los fines de semana, de modo que en ellos puedan desarrollar aptitudes y actitudes para alcanzar una formación integral, que les sirva como herramienta para desarrollar sus potencialidades, prepararse mejor para el futuro y alejarse de los focos de conflicto que generan violencia.
Y para quienes trabajan pero tienen pocos recursos económicos fueron creados los Comedores Solidarios, un espacio donde confluyen guatemaltecos y guatemaltecas de diversos segmentos sociales para obtener un desayuno o un almuerzo (en muchos casos la única posibilidad de obtener alimento en un día) a bajo precio y en condiciones de higiene, calidad y con un servicio digno.
El esfuerzo ha sido intenso, los costos elevados pero los resultados están a la vista. Por ello, el Consejo de Cohesión Social y la Secretaría de Bienestar Social como ente ejecutor de estos programas, presentaron rendición de cuentas 2008 - 2009, como una prueba más de que la transparencia va aparejada a los buenos resultados, que permitirán tener un país con mejores ciudadanos y ciudadanas.
A pesar de lo acertado de estas políticas las criticas los detractores del actual gobierno no se han hecho esperar, han lanzado una serie de acusaciones y han tratado una y otra vez de eliminar los programas del Consejo de Cohesión Social; y es que muchas veces las diferencias son circunstanciales dada la heterogeneidad de ideas, las inercias del ayer aún viven y se resisten a un cambio verdadero, no entienden que aún que por el bien de todos, primero en Guatemala son y deben de ser los indigenas y los pobres.
Espero que no se sorprendan si no ven cifras de cantidades del presupuesto que ha erogado el Consejo de Cohesión Social, pero en la actualidad esta sociedad ya no mide a sus gobiernos por la cantidad de obras ó por la majestuosidad de una obra, hoy la decisión esta en la capacidad del gobierno para construir confianza y la confianza se logra cuando se cumple con la palabra comprometida con el pueblo. Y el actual gobierno y el Consejo de Cohesión Social, lo ha demostrado con hechos, no palabras.