NUESTRA RESPONSABILIDAD COMO PERIODISTAS ES DEVOLVERLE A NUESTRO PUEBLO LA GUÍA QUE LE LLEVE A COMPRENDER A PROFUNDIDAD TODO LO QUE SUCEDE EN EL AMBIENTE EN QUE SE DESENVUELVE LLEVÁNDOLE LAS NOTICIAS DE MANERA OBJETIVA, VERAZ Y OPORTUNA.
POR: FRANCISCO JAVIER PÉREZ RAMÍREZ.
Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de callar y tiempo de hablar, la antigua sabiduría cabalística transfería a la humanidad el conocimiento del proceso de los altibajos que acompañan la existencia humana.
Así nuestra profesión periodística, ha tenido que vivir días aciagos, días en los que los hombres y mujeres que escogieran la pluma para defender el más caro e inalienable derecho del ser humano, el derecho a pensar y consecuentemente, el derecho de expresar sin ataduras ese pensamiento, contribuyeran con su sangre, a abonar esa permanente aspiración hacia la libertad.
En relación a la situación actual que vive el periodismo en Guatemala considero desde mi punto de vista muy particular que nosotros como profesionales del periodismo debemos asumir la responsabilidad de rescatar y devolver el lugar privilegiado que le corresponde a los diversos medios de comunicación como formadores de opinión.
Como estandarte de ese derecho que hemos defendido para nosotros, pero que lo hemos olvidado para permitirlo a aquél a quién nos debemos, nuestro pueblo, aquel al que se le ha mantenido intencionalmente en la oscuridad, para negarle ese sagrado derecho.
Actualmente, el mundo se debate entre la aspiración por una sociedad más justa y el peligro de un nuevo renacer de las fuerzas que construyeron el fascismo que llevara a la última conflagración mundial, la responsabilidad de los hombres y mujeres de la pluma, esa responsabilidad histórica se convierte en un obligado deber.
En una renovada fuerza que en busca de lo más preclaro del pensamiento humano, sea capaz de llevar el mensaje libertario hasta los más recónditos rincones de una Patria, a la que los enormes intereses económicos, nacionales y extranjeros, le cortaron de tajo su derecho a escoger su propio destino.
Por otra parte actualmente vivimos en una sociedad empujada a considerar los bienes materiales, como el objetivo principal de su existencia, nuestra responsabilidad de devolverle a nuestro pueblo la guía que le lleve a comprender la profundidad del pensamiento del apóstol José Martí cuando expresó que “La única manera de ser libre es ser culto”, se convierte en una exigida obligación.
Sabemos que esto es un enorme reto. En virtud de que la labor que es necesario emprender es cuesta arriba, porque aún la fuerza de quienes desean negarla es poderosa.
Sabemos y entendemos que emprender esa cruzada exigirá, no solamente nuestro máximo esfuerzo, para devolverle a las generaciones que nos suceden, la confianza en el liderazgo que un día adornara las luchas de nuestra noble profesión.
A mutuo propio he decidido a través de este medio de comunicación alternativo, como el pequeño David, hacer de la fuerza y el coraje que exigen las causas nobles, y con la honda de un pensamiento, acorde con los aires de independencia, de soberanía, de libertad y dignidad que recorren nuestro mundo, emprenderla en esta tierra que un día fuera cuna orgullosa de la civilización maya.
Actualmente, la crisis de valores y principios se manifiesta en la crisis económico – financiera, a la que nos llevara el egoísmo y la desmedida ambición de riquezas materiales y que amenaza con el colapso de nuestra propia civilización.
El rescate de aquellos valores y principios, que han sido ocultados a nuestras generaciones jóvenes, se convierte en una imperiosa necesidad el desempolvarlos y ponerlos frente a quienes buscan, en una desesperada ofensiva guerrerista el mantener los privilegios que obtuvieran del saqueo de los pueblos del mundo.
Asimismo en la actualidad, esas fuerzas obscuras que han promovido a través de la historia esas políticas económicas que condenan a miles de millones de seres en el mundo a vivir bajo condiciones infrahumanas, Pretenden a través de argucias geopolíticas, encender el fuego que prendería el medio y lejano oriente, en una pira que arrastre al globo a una insensata conflagración.
Por tal razón, la nueva generación de hombres y mujeres que hemos escogido esta noble profesión rectora, debemos nutrirnos del pensamiento universal de aquellos que nos legaran su sapiencia, elevando con ella al ser humano a la excelsitud de su desarrollo como ser universal.
Debemos armarnos de conocimientos que nos permitan poder ejercer nuestra profesión respaldados por ellos. Debemos aportar nuestra cuota de voluntad y esfuerzo.
En la actualidad, no existe unidad en el medio periodístico, en virtud de que las asociaciones de periodistas en el país, no asumen el rol que les dio vida, no han sido capaces de asumir la responsabilidad de proporcionar a las generaciones en cierne, los instrumentos que les permitan poder ejercer con conocimiento y propiedad la profesión de periodistas.
Para que esas herramientas puedan convertirse en ideas que devuelvan a nuestro pueblo la verdad de su historia y la grandeza de sus raíces.
Para que rechace la farsa del conflicto de civilizaciones y convertidos en nuevos cruzados que dupliquen la sensatez y la sabiduría del Tratado de Wetsfalia, que terminara con la guerra continuada de cerca de ciento treinta años y construyera un período de paz, en el que las manifestaciones del espíritu humano, fuesen posibles.
Con la finalidad de que con ese mismo espíritu, se pueda emprender una jornada de transmisión de conocimiento, que permita, al visualizar con él las profundas diferencias con las que hemos construido nuestra sociedad, construir los cimientos de una nueva que devuelva la dignidad al ser humano.
Que en el conocimiento y la comprensión de esas profundas e injustas diferencias, nos lleven como periodistas, a ser vanguardia en la lucha por la justicia.
Justicia que tenga como consecuencia lógica la tan anhelada paz, Justicia que pueda reflejarse, especialmente para aquél sector de nuestro pueblo, que herederos orgullosos de nuestro pasado maya, han sido condenados al atraso, a la miseria y a la ignorancia.
Con la finalidad de que con ese mismo espíritu, se pueda emprender una jornada de transmisión de conocimiento, que permita, al visualizar con él las profundas diferencias con las que hemos construido nuestra sociedad, construir los cimientos de una nueva que devuelva la dignidad al ser humano.
Que en el conocimiento y la comprensión de esas profundas e injustas diferencias, nos lleven como periodistas, a ser vanguardia en la lucha por la justicia.
Justicia que tenga como consecuencia lógica la tan anhelada paz, Justicia que pueda reflejarse, especialmente para aquél sector de nuestro pueblo, que herederos orgullosos de nuestro pasado maya, han sido condenados al atraso, a la miseria y a la ignorancia.
El reto es enorme, pero en lo personal en este intento he recibido el ofrecimiento de respaldo a estas aspiraciones, de representantes de distintos sectores de nuestra sociedad, embajadas, consulados, académicos, profesionales de distintas disciplinas, hermanos mayas, estudiantes, representantes de organizaciones de trabajadores, y representantes de organizaciones campesinas, organizaciones no gubernamentales, entre otros sectores.
Esa muestra de solidaridad, me anima y compromete. Por esta razón de peso es precisó dar a conocer la imperiosa necesidad de unidad que requiere nuestro pueblo, principalmente nuestro gremio periodístico.
La violencia que se ha enseñoreado de nuestra tierra, y golpea tanto a pobres como a ricos sin distingos. Ella, también es parte del juego geopolítico de los grandes intereses económicos que ven en peligro sus privilegios.
Para finalizar es de suma importancia señalar que, sin duda alguna se presentarán obstáculos por parte de aquellos que ven en el saber y la cultura, la semilla de la libertad y la dignidad, y por consiguiente la amenaza a esos intereses, mismos que son responsables del profundo abismo en que ha caído nuestra sociedad.
“Pero sabemos también que el lenguaje, el arma del hombre de la pluma, juega un papel vital en el desarrollo de la civilización, al facilitar la acumulación de conocimiento y la provisión de medios para transmitirlo a futuras generaciones personalmente prometo que con la pasión de mi profesión periodística, y por mi Patria Guatemala, empuñaré la pluma para hacerlo aunque en el intento muera”.
En tanto la responsabilidad de nosotros como periodistas hombres y mujeres que escogimos la pluma para defender el más caro e inalienable derecho del ser humano, el derecho a pensar y consecuentemente, el derecho de expresar sin ataduras ese pensamiento, independientemente de los medios informativos a los que pertenezcamos ya sean televisivos, radiales, impresos ó digitales.
Que cotidianamente damos a conocer el ir y devenir del acontecer cotidiano tanto en lo político, social, cultural, y religioso entre otros rubros, sin importar a que gremio estemos afiliados ó si ejercemos el periodismo de manera independiente.
Solo nos queda repetir una palabra, que en la jerga cabalística significa verdad y que es repetida diariamente por millones de personas en el mundo, sin importar el lenguaje en que se expresen. Es decir, “Amén”.