En el caso Libia es importante ponderar cuidadosamente que no es el gobierno de Kadafi el que amenaza a todos los pueblos y todos los recursos del planeta. Lo mejor para Libia es la paz de un acuerdo político interno sin intervención extranjera. Lo peor la guerra civil con intervención extranjera.
(Chile) Romulo Pardo Silva.
(Chile) Rómulo Pardo Silva.
No hay una declaración de la dirigencia rebelde rechazando una intervención extranjera, al revés mantiene comunicación con Washington y algunos jefes han expresado su apoyo a ataques militares de las fuerzas imperiales. Hasta hoy existe solo una alternativa independiente.
Kadafi ha entrado a la lista de enemigos de Estados Unidos y Europa occidental, si cae será para ellos y sus planes un triunfo. Por el contrario, de tener éxito la iniciativa de Chávez y los países del Alba de facilitar un acuerdo político entre los libios, es una derrota para el imperio; ya el gobierno francés la rechazó afirmando que lo único aceptable es el derrocamiento del gobierno libio.
En la opinión se aprecia que pocos muestran simpatía por el jefe libio mientras muchos expresan simpatía por Obama. Es la obra de los medios.
Algunos intelectuales políticos progresistas que en un comienzo atacaron con dureza a Kadafi se han ido moderando y apuntan ahora a rechazar además una invasión de Estados Unidos y la OTAN.
Una posición contra ambos bandos es muy difícil de traducir en hechos consecuentes. Blair y los laboristas del Reino Unido dijeron ser una tercera vía pero terminaron facilitando las intervenciones de Washington.
Si el propósito es oponerse a las dictaduras, la mayor es la del Pentágono, es global. Los políticos gobernantes de España, Perú, Colombia, Chile, Honduras, Japón… saben lo que es tener que obedecer órdenes norteamericanas.
Si se trata de crímenes, es Estados Unidos el que deja un millón de muertos en Irak, más de 70 mil en Afganistán, dejó millones en Vietnam…, semanalmente mata civiles en Pakistán.
Se acusa a Kadafi de matar manifestantes opositores y será investigado por un tribunal aunque en ningún caso serán mayores que los crímenes de los intocables gobernantes del capitalismo desarrollado.
La neutralidad de rechazar ambos bandos significa igualar consecuencias destructivas para la humanidad que en realidad son muy diferentes.
La conducta de inclinarse por la derrota del gobierno de Trípoli con la idea de condenar la intervención extranjera después de consumada, es un error porque implica hacer política de izquierda en condiciones aún más difíciles.
En el caso Libia es importante ponderar cuidadosamente que no es el gobierno de Kadafi el que amenaza a todos los pueblos y todos los recursos del planeta.
Pese a hacerse acusaciones mutuas Roosevelt y Stalin se unieron contra el enemigo mayor, el naciente imperio nazi. Intentar desacreditar el concepto de peligro mayor es ir contra la experiencia.
Lo mejor para Libia es la paz de un acuerdo político interno sin intervención extranjera. Lo peor la guerra civil con intervención extranjera.
Kadafi ha entrado a la lista de enemigos de Estados Unidos y Europa occidental, si cae será para ellos y sus planes un triunfo. Por el contrario, de tener éxito la iniciativa de Chávez y los países del Alba de facilitar un acuerdo político entre los libios, es una derrota para el imperio; ya el gobierno francés la rechazó afirmando que lo único aceptable es el derrocamiento del gobierno libio.
En la opinión se aprecia que pocos muestran simpatía por el jefe libio mientras muchos expresan simpatía por Obama. Es la obra de los medios.
Algunos intelectuales políticos progresistas que en un comienzo atacaron con dureza a Kadafi se han ido moderando y apuntan ahora a rechazar además una invasión de Estados Unidos y la OTAN.
Una posición contra ambos bandos es muy difícil de traducir en hechos consecuentes. Blair y los laboristas del Reino Unido dijeron ser una tercera vía pero terminaron facilitando las intervenciones de Washington.
Si el propósito es oponerse a las dictaduras, la mayor es la del Pentágono, es global. Los políticos gobernantes de España, Perú, Colombia, Chile, Honduras, Japón… saben lo que es tener que obedecer órdenes norteamericanas.
Si se trata de crímenes, es Estados Unidos el que deja un millón de muertos en Irak, más de 70 mil en Afganistán, dejó millones en Vietnam…, semanalmente mata civiles en Pakistán.
Se acusa a Kadafi de matar manifestantes opositores y será investigado por un tribunal aunque en ningún caso serán mayores que los crímenes de los intocables gobernantes del capitalismo desarrollado.
La neutralidad de rechazar ambos bandos significa igualar consecuencias destructivas para la humanidad que en realidad son muy diferentes.
La conducta de inclinarse por la derrota del gobierno de Trípoli con la idea de condenar la intervención extranjera después de consumada, es un error porque implica hacer política de izquierda en condiciones aún más difíciles.
En el caso Libia es importante ponderar cuidadosamente que no es el gobierno de Kadafi el que amenaza a todos los pueblos y todos los recursos del planeta.
Pese a hacerse acusaciones mutuas Roosevelt y Stalin se unieron contra el enemigo mayor, el naciente imperio nazi. Intentar desacreditar el concepto de peligro mayor es ir contra la experiencia.
Lo mejor para Libia es la paz de un acuerdo político interno sin intervención extranjera. Lo peor la guerra civil con intervención extranjera.
(Chile) Romulo Pardo Silva.