La
situación actual del periodismo en Guatemala.
Nuestra responsabilidad
como periodistas es devolverle a nuestro pueblo la guía que le lleve a
comprender a profundidad todo lo que sucede en el ambiente en que se
desenvuelve llevándole las noticias de manera objetiva, veraz y oportuna.
Tiempo de nacer y tiempo
de morir, tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de callar y tiempo de
hablar, la antigua sabiduría cabalística transfería a la humanidad el
conocimiento del proceso de los altibajos que acompañan la existencia humana.
Así nuestra profesión
periodística, ha tenido que vivir días aciagos, días en los que los hombres y
mujeres que escogieran la pluma para defender el más caro e inalienable derecho
del ser humano, el derecho a pensar y consecuentemente, el derecho de expresar
sin ataduras ese pensamiento, contribuyeran con su sangre, a abonar esa
permanente aspiración hacia la libertad.
En relación a la
situación actual que vive el periodismo en Guatemala considero desde mi punto
de vista muy particular que nosotros como profesionales del periodismo debemos
asumir la responsabilidad de rescatar y devolver el lugar privilegiado que le
corresponde a los diversos medios de comunicación como formadores de opinión.
Como estandarte de ese
derecho que hemos defendido para nosotros, pero que lo hemos olvidado para
permitirlo a aquél a quién nos debemos, nuestro pueblo, aquel al que se le ha
mantenido intencionalmente en la oscuridad, para negarle ese sagrado derecho.
Actualmente, el mundo se
debate entre la aspiración por una sociedad más justa y el peligro de un nuevo
renacer de las fuerzas que construyeron el fascismo que llevara a la última
conflagración mundial, la responsabilidad de los hombres y mujeres de la pluma,
esa responsabilidad histórica se convierte en un obligado deber.
En una renovada fuerza
que en busca de lo más preclaro del pensamiento humano, sea capaz de llevar el
mensaje libertario hasta los más recónditos rincones de una Patria, a la que
los enormes intereses económicos, nacionales y extranjeros, le cortaron de tajo
su derecho a escoger su propio destino.
Por otra parte
actualmente vivimos en una sociedad empujada a considerar los bienes
materiales, como el objetivo principal de su existencia, nuestra
responsabilidad de devolverle a nuestro pueblo la guía que le lleve a
comprender la profundidad del pensamiento del apóstol José Martí cuando expresó
que “La única manera de ser libre es ser culto”, se convierte en una exigida
obligación.
Sabemos que esto es un
enorme reto. En virtud de que la labor que es necesario emprender es cuesta
arriba, porque aún la fuerza de quienes desean negarla es poderosa.
Sabemos y entendemos que
emprender esa cruzada exigirá, no solamente nuestro máximo esfuerzo, para
devolverle a las generaciones que nos suceden, la confianza en el liderazgo que
un día adornara las luchas de nuestra noble profesión.
A mutuo propio he
decidido a través de este medio de comunicación alternativo, como el pequeño
David, hacer de la fuerza y el coraje que exigen las causas nobles, y con la
honda de un pensamiento, acorde con los aires de independencia, de soberanía,
de libertad y dignidad que recorren nuestro mundo, emprenderla en esta tierra
que un día fuera cuna orgullosa de la civilización maya.
Actualmente, la crisis
de valores y principios se manifiesta en la crisis económico – financiera, a la
que nos llevara el egoísmo y la desmedida ambición de riquezas materiales y que
amenaza con el colapso de nuestra propia civilización.
El rescate de aquellos
valores y principios, que han sido ocultados a nuestras generaciones jóvenes,
se convierte en una imperiosa necesidad el desempolvarlos y ponerlos frente a
quienes buscan, en una desesperada ofensiva guerrerista el mantener los
privilegios que obtuvieran del saqueo de los pueblos del mundo.
Asimismo en la actualidad,
esas fuerzas obscuras que han promovido a través de la historia esas políticas
económicas que condenan a miles de millones de seres en el mundo a vivir bajo
condiciones infrahumanas, Pretenden a través de argucias geopolíticas, encender
el fuego que prendería el medio y lejano oriente, en una pira que arrastre al
globo a una insensata conflagración.
Por tal razón, la nueva
generación de hombres y mujeres que hemos escogido esta noble profesión
rectora, debemos nutrirnos del pensamiento universal de aquellos que nos
legaran su sapiencia, elevando con ella al ser humano a la excelsitud de su
desarrollo como ser universal.
Debemos armarnos de
conocimientos que nos permitan poder ejercer nuestra profesión respaldados por
ellos. Debemos aportar nuestra cuota de voluntad y esfuerzo.
En la actualidad, no
existe unidad en el medio periodístico, en virtud de que las asociaciones de
periodistas en el país, no asumen el rol que les dio vida, no han sido capaces
de asumir la responsabilidad de proporcionar a las generaciones en cierne, los
instrumentos que les permitan poder ejercer con conocimiento y propiedad la
profesión de periodistas.
Para que esas
herramientas puedan convertirse en ideas que devuelvan a nuestro pueblo la
verdad de su historia y la grandeza de sus raíces.
Para que rechace la
farsa del conflicto de civilizaciones y convertidos en nuevos cruzados que
dupliquen la sensatez y la sabiduría del Tratado de Wetsfalia, que terminara
con la guerra continuada de cerca de ciento treinta años y construyera un
período de paz, en el que las manifestaciones del espíritu humano, fuesen
posibles.
Con la finalidad de que
con ese mismo espíritu, se pueda emprender una jornada de transmisión de
conocimiento, que permita, al visualizar con él las profundas diferencias con
las que hemos construido nuestra sociedad, construir los cimientos de una nueva
que devuelva la dignidad al ser humano.
Que en el conocimiento y
la comprensión de esas profundas e injustas diferencias, nos lleven como
periodistas, a ser vanguardia en la lucha por la justicia.
Justicia que tenga como
consecuencia lógica la tan anhelada paz, Justicia que pueda reflejarse,
especialmente para aquél sector de nuestro pueblo, que herederos orgullosos de
nuestro pasado maya, han sido condenados al atraso, a la miseria y a la
ignorancia.
El reto es enorme, pero
en lo personal en este intento he recibido el ofrecimiento de respaldo a estas
aspiraciones, de representantes de distintos sectores de nuestra sociedad,
embajadas, consulados, académicos, profesionales de distintas disciplinas,
hermanos mayas, estudiantes, representantes de organizaciones de trabajadores,
y representantes de organizaciones campesinas, organizaciones no
gubernamentales, entre otros sectores.
Esa muestra de
solidaridad, me anima y compromete. Por esta razón de peso es precisó dar a
conocer la imperiosa necesidad de unidad que requiere nuestro pueblo,
principalmente nuestro gremio periodístico.
La violencia que se ha
enseñoreado de nuestra tierra, y golpea tanto a pobres como a ricos sin
distingos. Ella, también es parte del juego geopolítico de los grandes
intereses económicos que ven en peligro sus privilegios.
Para finalizar es de
suma importancia señalar que, sin duda alguna se presentarán obstáculos por
parte de aquellos que ven en el saber y la cultura, la semilla de la libertad y
la dignidad, y por consiguiente la amenaza a esos intereses, mismos que son
responsables del profundo abismo en que ha caído nuestra sociedad.
“Pero sabemos también
que el lenguaje, el arma del hombre de la pluma, juega un papel vital en el
desarrollo de la civilización, al facilitar la acumulación de conocimiento y la
provisión de medios para transmitirlo a futuras generaciones personalmente
prometo que con la pasión de mi profesión periodística, y por mi Patria
Guatemala, empuñaré la pluma para hacerlo aunque en el intento muera”.
En tanto la responsabilidad
de nosotros como periodistas hombres y mujeres que escogimos la pluma para
defender el más caro e inalienable derecho del ser humano, el derecho a pensar
y consecuentemente, el derecho de expresar sin ataduras ese pensamiento,
independientemente de los medios informativos a los que pertenezcamos ya sean
televisivos, radiales, impresos ó digitales.
Que cotidianamente damos
a conocer el ir y devenir del acontecer cotidiano tanto en lo político, social,
cultural, y religioso entre otros rubros, sin importar a que gremio estemos
afiliados ó si ejercemos el periodismo de manera independiente.
Solo nos queda repetir
una palabra, que en la jerga cabalística significa verdad y que es repetida
diariamente por millones de personas en el mundo, sin importar el lenguaje en
que se expresen. Es decir, “Amén”. Javier Ramírez.
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